De los 555.000 accidentes laborales con baja acaecidos en 2016, 63.400 correspondieron a accidentes de tráfico, lo que supone un incremento del 8% con respecto al ejercicio anterior de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud e Higiene en el Trabajo. Según datos de RACE, el año pasado se registraron en España 204 muertes en accidentes de tráfico laborales, lo que implica un repunte del 18% con respecto a 2015. “Los datos muestran que uno de cada tres accidentes mortales en el ámbito laboral fue por un siniestro vial, lo que supone que el 11,4% de los accidentes laborales provoca el 33,6% de los muertos, mostrando una elevadísima tasa de mortalidad”, señala RACE. De hecho, cada día se producen en España 161 accidentes viales laborales y, de acuerdo con el European Road Safety, 3.525 personas han muerto en España por accidentes de tráfico laborales desde 2005.

De casa al trabajo, y viceversa

De las 204 víctimas mortales de 2016, un 42% de ellos fallecieron como consecuencia de un siniestro ocurrido durante la jornada laboral, y el 58%, de camino al trabajo o en la vuelta a casa, unos trayectos que suponen entre el 70 y el 80% del total de los desplazamientos en días laborables. Los siniestros mortales viales durante la jornada laboral pasaron de 72 en 2015 a 86 en 2016, registrando un incremento del 19%. En cuanto a los trayectos in itinere, el número de fallecidos aumentó un 17% al pasar de 101 en 2015 a 118 en 2016.

En este punto, Ibermutuamur señala que, de los 39.800 accidentes laborales que atendió el año pasado, cerca de 4.800 fueron de tráfico, y de ellos 3.609 fueron in itinere, un 9% más que en 2015. La mutua colaboradora con la Seguridad Social añade que registró el año pasado un incremento del 6% de los accidentes con baja in itinere, frente al 5% de los accidentes en jornada de trabajo. Es más, los accidentes mortales en itinere crecieron un 15%, mientras que el resto de accidentes laborales con resultado de muerte se redujo un 7,5%. El crecimiento achacable a accidentes de tráfico se situó en el 8,5%, ya que el 62% de los accidentes in itinere fue de este tipo.

Según Ibermutuamur, de los más de 75.000 accidentes in itinere con baja registrados en 2016, el 56% correspondió a mujeres y el resto a hombres. Por comunidades autónomas, destacan los incrementos de Andalucía (11%), Madrid (7,5%) y Cataluña (4,5%). Baleares, La Rioja, Ceuta y Melilla fueron las únicas regiones que no registraron ningún accidente mortal in itinere.

Planes de movilidad

La tendencia al alza de este tipo de accidentes tiene que ver con el hecho de que, al producirse fuera del puesto de trabajo, no existe el mismo nivel de concienciación entre las empresas y los propios trabajadores. Según RACE, “actualmente, las empresas disponen de un plan de prevención de riesgos laborales para sus empleados, donde se definen sus funciones y los riesgos a los que se exponen dentro del desempeño de las mismas; sin embargo, la accidentalidad de los trabajadores no solo se encuentra dentro del centro de trabajo, sino que hay que tener en cuenta otros ámbitos, como cuando el trabajador se desplaza con su vehículo en la jornada laboral (desplazamiento en misión), y otros momentos, también ligados a nuestra actividad profesional, como es el trayecto in itinere, con origen o destino a nuestro puesto de trabajo”.

El club automovilístico anima a las empresas, como estrategia preventiva ante este tipo de siniestros, a implantar un plan de movilidad y formación que pasa por conocer el estado de la movilidad de los empleados, descubrir los itinerarios de los trabajadores y detectar los puntos débiles en la seguridad de los desplazamientos. “Este tipo de planes permiten a las empresas conocer la movilidad y los riesgos de sus trabajadores, y que éstas implementen las herramientas necesarias para poder poner en marcha distintas medidas correctoras específicas, encaminadas a reducir la siniestralidad”. Según RACE, además de disminuir las lesiones personales, este tipo de planes permiten reducir los costes medios que supone cada baja laboral para la empresa, y que se estiman en unos 3.000 euros de media por trabajador.